Este mes, Giropoma ha empezado la plantación de nuevas fincas de manzanos, que se alargará 1 mes y medio o 2 meses, según la climatología. Todo dependerá de las precipitaciones que se produzcan durante las próximas semanas, que podrían imposibilitar el acceso a los campos trabajados durante unos días.
Previamente a las plantaciones, los socios – productores de la compañía han preparado el terreno mediante el trabajo del suelo para adecuarlo a los árboles. Cuando se prepara el campo, generalmente se aplica compuesto para mejorar la materia orgánica y para favorecer los nutrientes por las plantas.
Posteriormente al trabajo del suelo, se señala la localización de los palos y las áncoras, que formarán la estructura de la finca, y el sistema de riego.
Consecutivamente, se abre una zanja entre los palos donde quedarán enterradas las raíces, y se colocan los alambres que harán de apoyo de los manzanos, junto con los hilos que fijarán los árboles.
Finalmente, se plantan los manzanos y se instalan las mallas, que sirven principalmente para evitar los daños por granizo, las quemaduras producidas por las radiaciones solares y contribuyen a mitigar el viento.
En cuanto a las variedades que se deciden plantar, se escogen en función de las necesidades de Giropoma y el productor, que es asesorado por la compañía con el objetivo de continuar ofreciendo las mejores manzanas a los consumidores.
Para Giropoma el trabajo en equipo y la comunicación con los socios – productores son esenciales para obtener unos buenos resultados y dar la garantía de calidad y servicio.